Los debates políticos son uno de los momentos más importantes a la hora de confirmar o cambiar el voto de una persona. La exposición de las propuestas y la interacción con los contrincantes tiene un gran peso en el posterior resultado electoral, y por ello todas las organizaciones políticas tienen equipos especializados preparando esta clase de encuentros.
Evidentemente, en España existe una larga tradición del debate político desde la llegada de la Transición, por lo que esa experiencia también se utiliza para la preparación de un debate político. En ese sentido, la incorporación del big data obtenido en sondeos y otros medios para captar información como las redes sociales pueden aportar una pequeña ventaja que se convierta en definitiva.
Durante esas semanas previas, los políticos se van entrenando como si fueran deportistas, preparando tanto los ataques como las defensas. Cualquier resquicio en el programa electoral de los rivales es aprovechado para increpar y se tira de hemeroteca para rescatar declaraciones que puedan ser objetivo de crítica por parte del electorado.
¿Qué es un debate político?
El debate político es un enfrentamiento dialéctico que tiene siglos de historia. Desde el Imperio Romano ya se podían encontrar esta clase de acontecimientos en los que los senadores trataban de convencer con sus argumentos. El arte de la dialéctica estaba muy bien valorada y los políticos tenían un alto prestigio social.
Si bien esa percepción ha cambiado por los casos de corrupción y la ineficiencia en muchos aspectos que afectan directamente a la vida diaria de las personas de a pie, los políticos siguen teniendo una gran incidencia en la economía y la salud, por lo que la gente sigue involucrándose con los temas que se tratan en el Parlamento y siguen con atención las diferentes propuestas que se presentan en los debates.
A fin de cuentas, un debate político es una ocasión para conocer mejor las intenciones de cada representante. Bien es cierto que los mensajes lanzados en estos encuentros no siempre se corresponden con la verdad, sobre todo en lo referente a promesas electorales, pero sirven para establecer el tono y las consignas que desean proponer las diferentes formaciones políticas.
Elementos para preparar un debate político con éxito
De todas maneras, tan importante es lo que se dice como lo que no se dice. El candidato debe saber ir con pies de plomo para evitar errores que tapen sus aciertos, ya que los contrincantes (y las redes sociales) estarán esperando cualquier pequeño desliz para atacar a la yugular. Sin duda, la prudencia y la mesura son dos valores fundamentales para triunfar en un debate electoral.
El formato del debate puede cambiar, pero generalmente se estructura en grandes bloques (educación, economía, seguridad, etc.) y a partir de ahí se profundiza en aspectos más concretos. En relación a las preguntas directas, generalmente los candidatos contestan a las que tienen preparadas y dan rodeos a las que no. La capacidad de poder responder sin responder y llevar la conversación a un terreno en el que te sientas cómodo será crucial para mostrar un discurso sin resquicios y firme en tus valores.
Para ello, el estudio de los rivales es fundamental. Los grupos de debate fomentan un análisis que se anticipa a cómo se pueden desarrollar las preguntas y respuestas, de forma que existan una serie de recursos para salir airoso en los momentos más complicados o atacar al contrincante cuando este diga una media verdad o pronuncie un discurso que puede ser tergiversado. Está probado que este trabajo previo con expertos es un claro factor de éxito en los debates electorales.
Igualmente, la elección del tono del lenguaje responderá directamente con el mensaje que se quiere transmitir. Por lo general, los candidatos que aparecen favoritos en las encuestas previas suelen sonar más pausados y conciliadores, para mantener esa tendencia; mientras que los que van por detrás buscarán cierta agitación para dar la vuelta a los resultados. Independientemente de ello, hay que saber transmitir y para ello se recomiendan mensajes no solo con contenido político sino que también conecten con las emociones de los votantes.
En definitiva, la preparación de un debate político tiene una gran incidencia en los resultados finales, por lo que más vale estudiar cómo se han desarrollado los anteriores para tener unas bases sobre las que trabajar para ganar el debate.